¡Días de fiesta, los chicos y chicas radiantes de felicidad! Otra ventaja de la Navidad, la gente se ve obligada a reunirse con estúpidas frases tipo: nos veremos antes de navidad no? pues claro que sí mujer! los españoles quedan, comen, beben, se desean que les toque la lotería, se prometen felices fiestas (?), próspero año nuevo, que les traigan muchas cosas las reyes (?). En el fondo yo creo que la mayoría anda medio amargado ante la idea de gastar más dinero de la cuenta, de ver a gente con la que ya no tiene nada en común, de reunirse con esa parte de su familia que no soporta, de hacer cenas con jefes y compañeros de trabajo, de comprobar que ni dejó de fumar, ni fue al gimansio, ni adelgazó, ni mejoró su inglés, ni pagó sus deudas, de ser consciente de la brevedad del tiempo y de su paso inexorable, de comprar regalos de bajo presupuesto y recibir otros sin ninguna utilidad aparente. Yo que no me veo en ninguna de estas situaciones, disfruto solo de la parte buena, y aquí me veis en una entrañable comida de este tipo, encargada y pagada por otros, en un coqueto restaurante japonés de camareras monísmias y supersimpáticas, porque a veces hay que probar comida exótica, aunque te arriesges a pillar un anakilasis de esos que te acompañan toda la vida.
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