Changreality!

Ayer leía que Ang Lee se acercaba a la cultura americana de una forma clínica, manteniendo una distancia objetiva. Yo, como él, emigrado y ajeno en muchos sentidos a la cultura española, voy a proceder a un análisis objetivo y clínico de: EL GRAN HERMANO. Alguien, en algún sitio, tiene una buena idea y gracias al mercado global se impone en otro montón de sitios sin que nadie sepa con certeza las consecuencias de la ocurrencia. Así que España, el país de la siesta, acepta con natural tranquilidad que unos doce humanos, representantes de los más variados estamentos de la sociedad, se metan en una casa, representante de las más disparatadas tendencias del interiorismo, a no hacer nada. Un plan ideal para el españolito medio. Ah! sorpresa! ni tele, ni radio, (iba a decir prensa, pero eso no rompería las costumbres de casi nadie). La idea era que esta gente interactuara entre ellos, como interactuamos los monos cuando nos dejan en una jaula sin nada que hacer. Como los sujetos no se movían y el espectador, porque esto se hace para que lo vea gente, se amuermaba, los "super" (si analizo esta figura necesito una semana de fotolog), se inventan las más estúpidas pruebas, en una especie de ginkana eterna que deja la de los campamentos de las juventudes rojas a la altura de desfio intelectual del siglo. A todo esto se le añade, y aqui reside el encanto de este programa, en fomentar por todos los medios posibles la MALA CONVIVENCIA. Esa es la clave: poca comida, votaciones para expular al más inútil o al más pesado, poco tabaco, poco sexo, poca agua caliente, ¡menudo suplicio! vamos, como un auténtico campamento maoísta. A mi me ha costado mucho seguir este programa porque no me entero de la mitad de lo que dicen, y no debo ser el único porque a veces ponen subtítulos. Siempre me parecen feos, vulgares y con un coeficiente intelectual por debajo de la media, pero como diría una tía mía: mírales, ahi están. Yo creo que el verdadero experimento sociologico no está en los concursantes, sino en los que votan que demuestran claramente de lo que cojea la sociedad española, sentimentaloide, machista, apocada, en contra de lo que destaque o chirríe y a favor de esa especie de personas apolíticas por naturaleza que se mueven por el mundo sin decir nunca lo que piensan.
la foto es de la casa de poldavo, no quise saber más.