Aquí estamos mi amiga rana y yo aprendiendo más cosas sobre la sociedad española. Volvíamos en transporte público de un duro proceso a través del cual se recluta a los cuadros administrativos de élite del país. En China lo normal es que uno se afilie al partido y dentro de ell demuestre sus capacidades y potencial. Aquí parece que es clave llegar pronto a unos edificios académicos para someterse con mucha bulla a una especie de quiniela sobre conocimientos administrativos. Nosotros lo vimos todo porque entramos escondidos en el bolso de uno de los participantes. Pues bien esto es lo que oímos: la gente respira mucho, antes de repartir los folios con las preguntas la mitad de los presentes tiene unas incontenibles ganas de hacer pis, nosotros no, luego se pasan muchos minutos moviendo folios de un lado para otro y hay muchos más suspiros también, luego mucho alboroto y un complejo acto de separación de folios de lectua óptica, para terminar, se encienden los móviles y todo el mundo empieza a recibir mensajes preguntando por su situación. Así en una especie de mística conexión por el mal rato que pasan, los contestantes de las preguntas salen con paso resuelto comentando que en general no ha sido para tanto y que hay que esperar a ver quien decide la máquina que pasa que me la imagino yo como esa que hace al azar las combinaciones de la bonoloto. Que rara es esta gente.
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